"Dedicado a todos aquellos que intentamos nadar contracorriente en el ámbito cultural de las Islas Canarias"

11 de febrero de 2013

La luz que todo lo alimenta



No descorras las cortinas aún, total, no he sido capaz de espiarte mientras lentamente te desnudabas, cuanto menos voy a hacerlo ahora que te vistes recreándote en tus formas o eso intuyo tan sólo por el sutil sonido de tus medias al rozarse con tu piel.

Daría lo que fuera, hasta, lo que no tengo, por poder mirarte a los ojos y recrearme en la belleza que te intuyo, porque de qué sirven los sentidos si ellos mismos forman el más ingrato ejemplo del sinsentido, total que os voy a contar que no sepáis o hayáis intuido por estas letras.

Soy invidente, que no ciego, pues aunque desde la infancia no puedo sino intuir lo que para el resto del universo no está vedado, no soy ciego pues en mi interior veo, siento, padezco y algunas veces, las más de ellas, he creído sentir la felicidad y el gozo que sólo una caricia deseada puede llegar a proporcionar.

Conocí a Laia en una de esas tediosas reuniones de antiguos alumnos de promoción, si, en una de esas ferias de las vanidades donde cada cual se propone falsamente haber tenido una vida más feliz, más plena y más completa que el compañero que se sienta a tu vera, en fin, la forzada impostura que no lleva a ningún lado excepto a la ridícula hipérbole falaz. Pero volviendo a Marta, o era Laia, en fin, que más da, siempre supuse que mentía y no sólo en lo tocante a su nombre.

Nuestro primer encuentro, sí se puede denominar así, no fue precisamente lo que algunos llamarían “amor a primera vista”, porque fue, según supe después, sobre su cara, su vestido y sus bonitos ojos azules, sobre los que vertí mi copa de champaña, no diréis que no es una sutil paradoja que sin quererlo hubiera podido convertirla en invidente también a ella.

Sobre la cómoda, tengo casi la certeza de que las dejé allí, sobre la cómoda, dos pasos a la derecha y las encontrarás, pero cómo voy a discutirlo contigo si no veo un carajo, seguro que deben estar por ahí, sabes que lo único positivo de ser invidente es que agudizas tu memoria, creas tus propios esquemas mentales y sigues al pie de la letra cada una de tus rutinas, juraría que lo dejé ahí junto con mi bastón, y ese pequeño artilugio al qué llamas tu íntimo amigo, quizás tengas razón, soy un inútil y ni siquiera sirvo para aquello en lo que él destaca, según tú no sirvo para nada, no soy ni medio hombre tan siquiera, más no hace falta que me lo repitas una y otra vez, estoy harto de que me lo repitas incesantemente, parece como si quisieras hacerme sentir aún más desgraciado, como si debiese dar gracias por cada uno de los instantes de mi vida en los que te tengo cerca. Basta ya de reproches, estoy seguro de que…espera, espera un poco, quizás las haya metido en mi chaqueta.

Laia y yo, mantuvimos una relación intermitente, cómo esos días de lluvia en que las gotas no llegan siquiera a mojar tu piel pero en el fondo y sin remisión te empapan hasta lo más profundo de tus huesos, y confieso que aunque nadie comprendía que una preciosa mujer como ella pudiera ser amante de un patético ser como yo, sin embargo, tan siquiera me lo cuestionaba, me sentía orgulloso de tenerla a mi lado. Nos amábamos como lo que éramos, meros animales que se buscan, se encuentran y se alejan sin remisión, pero ahora ya todo queda lejos.

Aquí están, te dije que estaban en mi chaqueta, deja ya de quejarte tanto y pasa tus manos lentamente por la espalda para poder quitártelas, trataré de no hacerte daño aunque sé que en el fondo te agrada sentirte así, vulnerable, sumisa, al menos mientras cubro tus ojos con esta tela negra que no es sino el más bello y sencillo instrumento que te acercará jamás a mí y a lo que siento cada día de mi vida. Tú simplemente rodea con tus dedos mi cuello y aprieta, yo te guiaré hasta que casi me resulte más sencillo seguir sin aliento hacia el final del sendero que desandar el camino y volver a ésta agonía que es mi vida en su medida, en su carencia de sentido.

Quizás, si tan sólo me susurraras alguna tenue palabra al oído mientras lentamente te acaricio, si simplemente me concedieras el sutil placer de escuchar tu respiración, y no fingieras tus jadeos mientras haces aquello que mejor se te da, sería importante para mí, si tan sólo me mintieras diciéndome que sientes algo por mí y que no soy sólo un cliente cualquiera, podría llegar a olvidar que simplemente para esto te he pagado.

Ahora, quedamente vuelve a ponerte tu ropa, descorre lentamente las cortinas, deja que el aire fresco inunde cada uno de los rincones de mi mente y sin hacer ruido, dime que volveremos a tener una cita, que nos volveremos a ver en un futuro muy cercano, mientras yo me quedaré aquí sintiendo como la luz que todo lo alimenta me trae el recuerdo de alguien a quien nunca podrás sustituir.





Un saludo y espero que os guste.


Imagen sujeta a copyright: Ángel cegado.

2 de febrero de 2013

El festejo de los idiotas


Ando últimamente parafraseando mucho al cine, aunque no siempre literalmente, no sé, quizás sea por ese amor fraterno-filial que le tengo al séptimo arte o tal vez porque no hay mejor espejo que aquel que deforma la realidad cuando la realidad es sólo un espejo cóncavo.

Pero, no es del cine estimados lectores de lo que quiero hablaros hoy, más bien es del rencor, del odio larvado, del mero “al enemigo ni agua”, del mal uso de la democracia, de la traición a los ideales, de la podredumbre del sistema, de la corrupción como método de vida y de beneficio espurio.

Quiero empezar diciendo que respeto la decisión de aquellos 11 millones de votantes que eligieron al PP, en la creencia de que serían ellos quienes liberarían a su país de las hordas rojas de la progresía socialista, que ellos, justos defensores de la patria lo harían simplemente “como su dios manda”. Pero henos aquí, con una crisis utilizada como método de gobierno, si señores y señoras, pasen y vean como aquel gobierno que se jactaba de su eficacia para gestionar un país, nos ha llevado en 13 meses mucho más allá de la puerta de Tannhäuser, parafraseando a mi amada Blade Runner, es decir, donde nunca antes ningún gobierno nos llevó nunca, incluyendo al del tan denostado Zapatero. Éstos que antes decían que lo arreglarían todo en seis meses, que la deuda tenía el nombre de Zapatero, éstos son esos que nos han llevado con su neoliberalismo a ser considerados como uno de los países con menor credibilidad del mundo y con un mayor grado de corrupción institucional.

En tan sólo dos semanas de nuestra triste vida bajo esta crisis creada por otros y sufrida por nosotros, hemos sido meros espectadores de la cabalgata de los freaks de este país, parafraseando de nuevo al film de Tod Browning en su célebre película de 1932. Hemos disfrutado del fotocall del tesorero durante 30 años del partido en el gobierno que mantiene una cuenta en Suiza por la que han pasado más de 22 millones de euros, que aún sigue fuera de la cárcel y de cena en Baqueira Beret, un señor que ha trabajado para este partido y del que reniegan ahora como si hasta hace dos semanas no hubiese mantenido sus privilegios en la mismísima sede del PP en la calle Génova, es decir, secretaria, chofer y oficina. Pues nada, como si no fuese con ellos, ellos a lo suyo.

Unos días más tarde, comienzan a aparecer papeles y reseñas contables, en una sucesión de instalments o publicaciones por entregas que me recuerdan a Dickens, no sólo por ese hecho sino por los tiempos laborales que vivimos, y en ellos, conocemos la aparición de una supuesta contabilidad B del partido, que nos devuelve a la realidad del caso Gurtell interesadamente sepultada en su momento por el PP, y que le estalla hoy mismo en la cara de Ana Mato, ministra de sanidad, caso éste, que Garzón quiso investigar pero que fue frenado en seco por las huestes periodísticas y judiciales franquistas que le defenestraron utilizando subterfugios de formas procedimentales y escuchas telefónicas, hasta el punto de llegar a separarlo de la carrera judicial.

Hemos conocido también a través de ellos la donación, sin ningún ánimo de lucro por supuesto, de conocidos empresarios, constructores, miembros del tribunal de cuentas, que eran los mismos que auditaban las cuentas de este partido y de otros, ¡qué serendipia!, vamos, que hemos descubierto por casualidad que durante los años de la burbuja inmobiliaria que nos ha llevado a esta crisis sin luz al final del túnel, los principales empresarios de la construcción donaban millones de pesetas y euros al partido que gobernaba en ese momento y que cimentó su tan traída recuperación económica en dicha burbuja, ¡cuánto menos llamativo, no creen!

Pero lo que me parece más indignante, chapucero, censurable, es que el señor al que esos papeles apuntan, el presidente del gobierno y del PP, quince días más tarde de la explosión de este caso, nos ha obsequiado esta misma mañana con una rueda de prensa increíble, penosa, leída al dictado, digna de una república bananera en la que evita voluntariamente referirse por su nombre al famoso tesorero del partido, en la que ataca a la prensa, en la que se vuelven a convertir en víctimas de una ofensiva contra el PP, como en el 11 M, pero omite las citas aparecidas en esos papeles, y además, evita en su comparecencia las preguntas de los periodistas, que han visto la rueda de prensa en una televisión en otra sala aledaña, ya que le incomoda contestarlas, hecho éste muy reseñable y que denota su consabida mediocridad.

Finalmente y para concluir, pues a veces la misma realidad supera a la ficción, quiero añadir que esta ola de corrupción que estamos padeciendo apesta tanto a todos los que por suerte o por desgracia vivimos en este jodido país que sólo pido a El País y a El Mundo que publiquen todos y cada uno de los papeles que obren en su poder porque esta sucesión de casos de corrupción en lo único que pueden desembocar es no sólo en el hartazgo de la población sino también en un estallido social que nos lleve a una confrontación muy peligrosa, y deben hacerlo no sólo por eso sino también por salud democrática, pues estamos ya hartos de ser los convidados de piedra de esta cena de los idiotas en la que cada día estoy más seguro que los listos son estos y los idiotas nosotros.
 
Un saludo y espero que os guste