"Dedicado a todos aquellos que intentamos nadar contracorriente en el ámbito cultural de las Islas Canarias"

4 de octubre de 2012

El Pacto de los Ruiseñores


Será fácil, os digo que será tan fácil como cuando vamos de paseo a la playa en un día soleado, simplemente nos miraremos las caras mientras el sol nos calienta el rostro y sin dudarlo ni por un momento, nos cogeremos de las manos y saltaremos, luego todo será felicidad y nunca jamás nos volveremos a separar.

Todo tiene un principio, como esta historia lo tiene y en el principio se hizo la luz.

Luz solía ser una niña muy avispada desde pequeña, siempre destacó sobre sus amiguitas, más aún, siempre tuvo una capacidad de liderazgo y convicción que más que encantadora, por momentos la transformaba en una niña fría y calculadora, y la edad no varió un ápice lo que de ella hoy pienso.

Una vez hecha la luz, el mundo fue creado y de él creó la dulzura de las cosas.

Leyre era dulce, tan dulce, que si flor hubiera sido, hubiera podido ser libada por cualquier bello colibrí. Su carita aniñada no denotaba su edad, más bien por el contrario, le confería un cierto matiz que podría muy bien haber sido utilizado como modelo de su Lolita por el mismísimo Nabokov, pero ese rasgo de su fisonomía sólo escondía un carácter maleable y fácilmente manipulable que era a la vez su cárcel y la libertad misma.

Cuando creyó que todo había terminado, recordó aquello que había olvidado y creo una luna para mirarla.

Selene, aunque ungida con nombre de diosa de alguna lejana cultura oriental, no se había reencarnado en aquella niña, porque, aunque quizás no excelsamente favorecida, sin embargo, no carecía de un brillo inusual que algunos achacaban al lunático astro, pero en lo tocante a su carácter más parecía ser junco que astro, ya que se doblaba ante el azote de los vientos sin voluntad alguna de mantenerse al pairo de lo que sus amigas, por pacto de sangre, decidiesen.

Lo haremos, primero, nos reuniremos en mi casa, y al cobijo de las sombras, nos deslizaremos hasta el jardín y ya dentro de la casita de aperos, nos consagraremos en la eterna promesa de no dejar que nadie nos separe nunca, que nada ni nadie pueda nunca saber lo que pensamos hacer y por supuesto, dijo Luz, esto incluye a cualquier chico que intente acercarse a cualquiera de nosotras con cualquier aviesa intención, esto es lo que debemos cumplir, y para ello, en este momento, mezclamos nuestra sangre para que sea ella el lacre que selle este pacto.

Aunque la idea nunca satisfizo a Selene, más por miedo que por propio deseo, se hizo también parte de aquel juramento, pues fuera de aquel extraño triángulo el mundo parecía vacío y el frío lo cubría todo, y frío era todo aquello que quedaba tras esos muros, pues carecía de sentido alguno. Luz y Leyre, por el contrario, no lo dudaron ni por un momento, más bien al contrario, estaban decididas a no abrir su caparazón al mundo exterior, porque desde allí llegaba el peligro.

Sus compañeros de clase, aunque las observaban con cautela y desagrado, pues aquel triángulo les parecía oscuro, extraño y un poco ambiguo, siempre se mantuvieron al margen, para ellos eran simplemente las raritas de la clase, y según todos opinaban, no parecían ser una amenaza, más bien un estorbo y algo de lo que se puede sutilmente prescindir. Nadie, y digo nadie, pudo concebir hasta ese momento lo que el futuro cernía sobre las mentes de aquellas tres niñas y nunca jamás nadie pudo comprender el por qué de todo aquello.

Aquel día amaneció más temprano que cualquier otro día, o eso me pareció. Sentado en la mesa del salón, antes de dirigirme a la redacción de mi periódico, mientras me disponía a tomar mi cargada taza de café mañanero, sonó el teléfono y una voz al otro extremo de la línea me informó nervioso acerca de un extraño caso, que es el que hoy me trae ante vosotros y el relato de los hechos trascurría así:

Hoy día 14 de febrero, día de los enamorados, tres jóvenes adolescentes han sido detenidas en el Viaducto de Segovia, también conocido como “el puente de los suicidas”, cuando se disponían, sin mediar palabra alguna, a saltar al vacío. Una de las jóvenes, la más joven de ellas, según comentan fuentes autorizadas, aterrada por lo que iban a hacer, pero sin voluntad para oponerse a ello, había dejado una frase escrita en el espejo del baño de las chicas de su colegio: “V. Segovia, 12 a.m., 3 amigas, muerte”.

Un año ha pasado ya, y tras la conmoción inicial de las familias, de los compañeros y de todo Madrid, Luz y Leyre llevan ya varios meses en tratamiento, aunque los psiquiatras y psicólogos no cejan en su empeño de atestiguar que ambas gozan de una espléndida salud mental. Selene, por el contrario, nunca se ha repuesto del shock, ahora vive recluida en un sanatorio mental y suele, como rasgo más llamativo, cuidar de un pequeño pájaro al que alimenta con fruición como si presintiese una pronta partida.

En cuanto a mí, sólo soy un humilde periodista de un periódico de tirada nacional al que una mañana de invierno tres ruiseñores sin canto le enseñaron que la vida es mucho más que lo que la mera palabra representa, la vida es simplemente un matiz.




Para M. M. G. por darme mis 3 únicos tesoros.

Un saludo y espero que os guste

1 de octubre de 2012

MIL GRACIAS A TOD@S POR ESTAS 10 MIL VISITAS


Hoy tras un año de emborronar las cuartillas de este blog con palabras, ideas, lágrimas y risas, habéis conseguido que hayamos sido ya 10.000 los que lo hemos visitado. Mil gracias a l@s que han disfrutado y mis disculpas, intentaré mejorar, a aquellos a los que no les gustan mis escritos, mi puerta y mis ventanas están abiertas para tod@s.

Mil gracias y espero que os siga gustando





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